Felipe Carrillo Puerto fue un revolucionario yucateco que luchó toda su vida por la defensa de los indígenas mayas y por la construcción de una sociedad más justa. Desde su juventud fue testigo de las desigualdades e injusticias que se agudizaron con el liberalismo del porfiriato, cuando los hacendados henequeneros esclavizaron a la población para su enriquecimiento, convirtiendo a Yucatán en una cárcel a cielo abierto. Felipe fue consolidándose como un líder que logró establecer un vínculo con los mayas gracias a su conocimiento del idioma y a diversas experiencias de vida: su trabajo como campesino, comerciante, ferrocarrilero y periodista, su paso por la cárcel, varios viajes y encuentros con otros revolucionarios.